Dalí
decidió en su adolescencia que sería "un gran genio"; y no se equivocó.
En los años veinte se encontró con el movimiento surrealista, al que se
vinculó de inmediato llegando a decir "el surrealismo soy yo", una
frase que confirmó su obra y su propia vida.
Salvador Domingo
Felipe Jacinto Dalí y Doménech nació en Figueras (Girona), el 11 de
mayo de 1904, en una familia burguesa, un año después de que muriera su
hermano también llamado Salvador. A los diez años ya dibujaba y pintaba
con mucha regularidad, sobre todo retratos de miembros de su familia y
paisajes. Al igual que en su pintura, fue un prolífico escritor buscando
explicar en primera persona los fundamentos de su vida y de su obra.
Sus primeros artículos aparecieron en 1919 en la revista local
"Studium"; redactó la sección "Los grandes maestros de la pintura" y
allí reflejó sus modelos de referencia: Velázquez, Goya, El Greco,
Durero, Leonardo da Vinci y Miguel ángel.
En 1922 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid,
donde estudió hasta 1926, cuando fue expulsado de forma definitiva. Por
esos años se instaló en la Residencia de Estudiantes, donde hizo
amistad con futuras personalidades como Luis Buñuel, Federico García
Lorca, José Bello, José Moreno Villa, etc. Ese grupo era, según Dalí,
"estridente y revolucionario".
Desde
1927 su pintura, hasta ese momento influida por el cubismo y la pintura
metafísica, se adscribió al surrealismo. En 1929 ingresó en el grupo
surrealista parisino, y fue considerado uno de sus miembros más
renovadores. Su pintura de esa época se caracterizó por la maleabilidad
de los objetos sólidos, las alusiones sexuales y las yuxtaposiciones de
formas.
Los
cuadros de 1928 y comienzos de 1929 fueron de plena experimentación; en
ocasiones utilizó arena o corcho. En 1928 colaboró con Luis Buñuel en
la película "Un perro andaluz". En 1929 expuso por primera vez en París;
se trató de la muestra individual que le organizó la Galería Goemans,
donde presentó entre otros lienzos, "El enigma del deseo" y "El gran
masturbador".
Tanto
Dalí como los surrealistas mostraron un enorme interés por las teorías
psicoanalíticas de Sigmund Freud. Además del interés científico, les
atraían las posibilidades artísticas que podía tener así como la
importancia del inconsciente como fuente inagotable de imágenes
poéticas. Con el tiempo Dalí consideró que el surrealismo estaba
demasiado anclado en la escritura y pintura automáticas; fue entonces
cuando desarrolló su propia interpretación del mismo, en el llamado
"método paranoico-crítico", inspirado en un mundo de fantasía onírica y
delirante, que definió como "método espontáneo de conocimiento
irracional basado en la asociación interpretativa crítica de fenómenos
delirantes".
Su fama extremaEn
el verano de 1929 conoció a Gala (Helena Diakonoff), que había sido
invitada a Cadaqués junto a su marido, el poeta Paul Eluard. A partir de
ese momento, la relación entre Dalí y Gala se hizo inquebrantable, de
modo que ella decidió separarse de su marido.
En
1930 colaboró nuevamente con Luis Buñuel en el guión de "La edad de
oro". Por esa década Dalí comenzó a ser un personaje público -famoso ya
era desde hacía años- y esa ascensión se pudo reflejar en la portada que
le dedicó la revista "Time" el 14 de diciembre de 1936. Su siguiente
ámbito de acción fue Estados Unidos;
allí, el galerista Julian Levy le organizó, entre 1933 y 1939, cinco
muestras individuales. De 1940 a 1948 vivó en ese país, realizando
conferencias, diseñando joyas y trabajando para los estudios de
Hollywood.
Su
relación con el grupo surrealista concluyó por esos años. Pero su
expulsión definitiva se produjo en 1941, cuando André Breton descalificó
su vuelta al clasicismo tildándolo de retórico y académico. En Estados
Unidos organizó múltiples actos, que le dieron fama ydinero.
Realizó campañas publicitarias para prestigiosas revistas como "Vogue",
diseñó y creó el pabellón "El Sueño de Venus" para la Feria Mundial de
1939, dibujó figurines y escenarios para obras de teatro, etc.
A
partir de 1948 desarrolló en Port Lligat casi toda su obra, dedicada en
su mayoría a Gala, a quien representó como virgen en la "Madona de Port
Lligat", cuadro que regaló al papa Pío XII. Desde entonces comenzó a
hacer una serie de obras repetitivas con el único fin de ganar mucho dinero.